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Nuestras creencias bíblicas sobre las adicciones.

Lo que creemos motiva todo lo que hacemos en Casa Esperanza con los hombres que Dios pone bajo nuestro cuidado. Aquí están unas verdades claves que abrazamos...

1. “La adicción es una manifestación de la esclavitud del pecado, no una enfermedad.”

Romanos 6:16: "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?"

Creemos que la adicción es una forma de esclavitud al pecado y a los deseos de la carne. No es una enfermedad o una debilidad, sino un reflejo de la separación del hombre de Dios. Sin embargo, la Biblia enseña que Cristo vino para liberar a los cautivos y romper las cadenas del pecado. Creemos que mientras una persona no reconozca la culpabilidad de su pecado, no puede ser transformada por Cristo. Por eso, hablaremos con términos bíblicos en Casa Esperanza, refiriéndonos cómo pecadores y no como enfermos.

2. “Cristo es el único que puede liberar verdaderamente al hombre de la adicción.”

Juan 8:36: "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres."

Creemos que, aunque el autodisciplina la rehabilitación física tiene su lugar, solo Jesucristo puede traer libertad verdadera y duradera de la adicción. Sin Su poder transformador, cualquier intento de superación es incompleto.

3. “La transformación espiritual es esencial para la verdadera recuperación.”

2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."

Creemos que la verdadera recuperación no es solo abstinencia, sino una transformación completa del corazón y la mente a través de la obra del Espíritu Santo. En Cristo, los hombres no solo dejan sus hábitos destructivos, sino que son hechos nuevas criaturas. De esa nueva identidad en Cristo, se brotan nuevos comportamientos y decisiones para la gloria de Dios.

4. “Dios ofrece perdón y restauración para los adictos.”

1 Juan 1:9: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."

Creemos que, independientemente de cuán profundo sea el pecado y la adicción, Dios está dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que se arrepienten genuinamente y buscan Su gracia.

5. “La comunidad cristiana juega un papel vital en el proceso de la recuperación.”

Gálatas 6:2: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo."

Creemos que la recuperación no debe hacerse de manera aislada. La Iglesia y la comunidad de creyentes son esenciales para apoyar, edificar y acompañar al adicto en su proceso de sanidad, proporcionando un entorno de amor, gracia y rendición de cuentas. Ofrecemos un ministerio llamado "Grupo Esperanza", por tanto, a todo hombre, para estar responsable con otros, y recibir un apoyo mutuo.

6. “La dependencia en Dios es la clave para vencer la tentación.”

1 Corintios 10:13: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar."

Creemos que cada adicto puede resistir la tentación al depender de Dios. Él no permite que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar, y siempre ofrece una vía de escape. Por eso decimos a menudo en Casa Esperanza "100% responsable. 0 excusas".

7. “El propósito de Dios para el hombre es la vida abundante.”

Juan 10:10: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."

Creemos que la adicción roba la vida que Dios desea para cada persona. Cristo no solo vino a salvar del pecado, sino para darnos una vida plena y abundante, libre de las cadenas de las adicciones y con un propósito claro en Él.

8. “El llamado a la santidad es el destino de todo hombre cristiano.”

1 Pedro 1:16: "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."

Creemos que la recuperación en Cristo no es solo un retorno a la "normalidad," sino un llamado a la santidad. Dios transforma a los hombres de adictos a santos, capacitados para vivir de acuerdo a Su voluntad.

Con estas creencias basadas en las Escrituras, Casa Esperanza se distingue como un centro de rehabilitación que no solo aborda la adicción desde una perspectiva física o psicológica, sino desde una perspectiva bíblica, ofreciendo esperanza y transformación a través del poder del Evangelio de Jesucristo.

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